Monte Testaccio

Hablar del aceite de oliva es hablar del Mediterráneo, ya desde su origen, el óleo viajó por todo el Mare Nostrum. Distintas culturas lo han empleado para benéfico propio, no en vano Getsemaní significa “Prensa de Aceite”. Como casi siempre fueron los romanos, los que cogieron la idea y la llevaron a su máximo exponente. En la Bética romana, durante doscientos años se produjeron las primeras “cacharras” de aceite para su comercialización masiva. Se trata de las ánforas “Dressel 20” que inundaron el Imperio Romano con aceite de oliva producido en Andalucía. Este tipo de ánforas fueron halladas en el monte Testaccio que en su origen fue un vertedero usado por los romanos para acumular la cerámica procedente de todas las partes del Imperio.

Autor: Tyler Bell
Fuente: https://www.flickr.com/photos/tylerbell/4099540700/ Monte Testaccio

Esta ánfora se fabricaba en dos tiempos, con una duración de varias semanas. Primero se hacía la parte baja y redonda, para luego una vez secada y cocida se le unía el cuello y las asas. Estas, eran un poco más grandes que las actuales, concretamente le cabían entre setenta y setentaicinco litros de aceite. Hoy en día queda ese legado en el tesoro que mandamos al mundo la evolución de la técnica y la industria ha dejado ya obsoletos este sistema romano, si bien hay algo que permanece constante y es que Andalucía sigue mandando aceite a todo el mundo.