El aceite de oliva virgen extra es un producto tan redondo que su versatilidad se convierte en una de sus grandes características. Esto le permite aportar sus matices únicos tanto cuando se usa en frío, como en caliente, pues permite llevar las elaboraciones a la excelencia gracias a sus cualidades a la hora de freír, confitar, en sofritos, escabeches tibios, etc.

Aunque el aceite de oliva virgen extra es la grasa que aporta más resistencia a las altas temperaturas, lo que permite que no se degrade y mantener sus cualidades organolépticas de una manera más plena, es evidente que el consuno en frío es donde éstas se manifiestan de una manera más pura, y eso permite aplicaciones muy interesantes.

Los mejores usos en frío del aceite de oliva virgen extra

Con verduras y en ensaladas: Los matices organolépticos que rodean cada aceite de oliva virgen extra potencian y/o armonizan los sabores de verduras y vegetales. Además, como base de vinagretas y emulsiones se convierten en el aderezo perfecto que confirma la personalidad de una receta.

Con tostadas y panes: Los aperitivos que se elaboran sobre panes, rebanadas o tostas ganan aún más cuando se complementan con aceite de oliva virgen extra. Solos o marinados con ajo, guindilla o especias se convierten en propuestas únicas.

Con quesos y embutidos: Si el aceite en crudo aporta excelencia, como no iba a hacerlo con esos embutidos y quesos de tu despensa. Combinándolos se convierten en el perfecto aperitivo o en protagonistas de una cena ligera o informal. Al igual que con las verduras y ensaladas, amplifica o complementa ciertos matices de esos productos.

En emulsiones: Mayonesa, alioli, romescu, etc., son solo algunos ejemplos de esas salsas emulsionadas con aceite de oliva virgen extra que acompañando tus elaboraciones se convierten en aún más sabrosas.

¿Qué aporta el aceite de oliva virgen extra cuando se usa en caliente?

En sofritos: Sí, el sofrito es una de las bases de nuestra cocina, el pilar sobre el que se levantan las grandes elaboraciones de la gastronomía. Evidentemente, cuando entra en juego el aceite de oliva virgen extra, la ecuación se convierte en perfecta.

Marinadas y adobos: El uso de aceite de oliva virgen extra, junto con otros condimentos, en el uso de marinada y adobos previos a la cocción aporta matices muy especiales y texturas únicas que convierten el degustar carnes y pescados en experiencias aún más sublimes.

En los asados: Cuando hablamos de verduras, pescados o carnes asados o en barbacoa, la aplicación de aceite de oliva virgen extra se convierte en muy adecuada, especialmente porque su tolerancia a las altas temperaturas asegura que se mantengan sus interesantes aportes de sabor.

Confitado: La técnica del confitado, en las que las cocciones se realizan en una cantidad abundante de grasa y a temperaturas muy poco elevadas, obtiene unos excelentes resultados cuando se emplea aceite de oliva virgen extra.

En la fritura: Además de que se trata de la grasa con mayor tolerancia a las altas temperaturas, el uso del aceite de oliva al freír consigue, además de un sabor único, un cocinado sin que se empape el alimento y una cobertura perfecta y crujiente.

Queda demostrado que las bondades del aceite de oliva virgen extra no tienen límites, tanto en la cocina en frío como en caliente. Se trata de un producto tan excelente, que sumado a la imaginación y a las ganas de cocinar, se transforma en un ingrediente excepcional. Si quieres seguir ahondando en esas posibilidades ilimitadas, solo tienes que ir a nuestra tienda para elegir alguna de nuestras opciones y comenzar a jugar, ¿te animas?